Esta semana quiero compartir otro de mis relatados con moraleja favoritos, que ilustra perfectamente, lo que somos capaces de aguantar y no soltar. Lo que nos asusta realizar un cambio o buscar otra alternativa. Espero que te sirva de reflexión en estos meses de verano y decidas debajo de una sombrilla que quieres soltar cuando vuelvas de tu descanso.

photo by Diego Ph
Un psicólogo, en una sesión grupal, levantó un vaso de agua. Todo el mundo esperaba la típica pregunta: “¿Está medio lleno o medio vacío?” Sin embargo, preguntó: – ¿Cuánto pesa este vaso? Las respuestas variaron entre 200 y 250 gramos. El psicólogo respondió: “El peso absoluto no es importante. Depende de cuánto tiempo lo sostengo. Si lo sostengo un minuto, no es problema. Si lo sostengo una hora, me dolerá el brazo. Si lo sostengo un día, mi brazo se entumecerá y paralizará. El peso del vaso no cambia, es siempre el mismo. Pero cuanto más tiempo lo sujeto, más pesado, y más difícil de soportar se vuelve.”
Y continuó: “Las preocupaciones, los pensamientos negativos, los rencores, el resentimiento, son como el vaso de agua. Si piensas en ellos un rato, no pasa nada. Si piensas en ellos todo el día, empiezan a doler. Y si piensas en ellos toda la semana, acabarás sintiéndote paralizado, e incapaz de hacer nada.”
¡Acuérdate de soltar el vaso!
En ocasiones cuando uno se va de vacaciones, se relaja y se enferma. Una de las razones de por qué puede suceder esto es que nuestro cuerpo va generando adrenalina y cortisol que nos permite ir aguantando el día a día. Cuando nos relajamos el cuerpo cambia químicamente y sumamos además el esfuerzo acumulado de meses….incluso años. Nuestro cuerpo nos habla y para llamar nuestra atención de esos excesos de estrés, nos enfermamos. Te invito a que empieces a escucharle no solo cuando lleguen las vacaciones ♥
2 comentarios
El dichoso vaso, sí!!!!
Gracias!!!
Buen verano y un abrazo grande!!!
Jajaja sí nos encariñamos mucho con él 😉 Abrazo grande y buen verano 🙂